viernes, 22 de febrero de 2013

CANTO A LA VEJEZ




¡Buenos Días!
 
Mi nombre es Dolores Valero de San Miguel de Salinas y me gustaría compartir con todas/os ustedes un texto precioso de D. José de Sousa Saramago, con el cual me siento muy identificada.

Para todas las personas que no conocen a este prolífico autor, D. José Saramago fue escritor, poeta, novelista, poeta y dramaturgo portugués fallecido en 2010. Se le otorgó en 1998 el Premio Nóvel de Literatura.

                        CANTO A LA VEJEZ

Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo.

¡Qué importa eso! ¡Tengo la edad que quiero y siento!

La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso y hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o a lo desconocido…

Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.

¡Qué importa cuántos años tengo! ¡No quiero pensar en ello! Unos dicen que ya soy viejo, y otros que estoy en el apogeo.

Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte. Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, y rectificar caminos y atesorar éxitos.

Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás! ¡Estás muy viejo, ya no podrás! Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.

Tengo los años en que los sueños, se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.

Tengo los años en que el amor a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada. Y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa.

¿Qué cuantos años tengo? No necesito con un número marcar,

pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas, ¡Valen mucho más que eso!

¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta o sesenta!

Pues lo que importa: ¡Es la edad que siento!

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.

Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.

¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quien le importa!

Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.

 
UN ABRAZO Y ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO TANTO COMO A MÍ.

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