Carnaval
La creatividad no tiene edad y
esta vez lo hemos hecho evidente en una fecha ya conocida … ¡carnaval, carnaval!
En la escuela de mayores aprovechamos este día para disfrutar, crear, reír y en
algunos casos, comer.
Este día hicimos un llamado a
nuestro niño(a) interior, este término muy conocido en algunos ámbitos hace
referencia a que sin importar la edad cronológica que tengamos, todos tenemos
la capacidad de disfrutar de manera genuina, de manifestar de nuestra identidad
de la forma más pura y auténtica, dejando a un lado la vergüenza y lo que
“deberíamos hacer” según la edad en la que nos encontramos.
Las propuestas fueron diversas y
divertidas, todas las participantes pudieron ELEGIR libremente qué ponerse,
cómo decorar sus elementos o qué material utilizar, según el caso.
En Redován y Algorfa dejamos volar
nuestra imaginación a través de disfraces, dejando vergüenzas a parte y
buscando caracterizarnos con pelucas, gafas y otros elementos. Disfrazarse va
más allá de la simple diversión ya que tiene un impacto positivo en la
sensación de bienestar personal.
Mientras que en San Miguel y
Jacarilla nos dedicamos a crear antifaces o máscaras. Al principio no estábamos
muy seguras de lo que podría salir de aquellos recortes, hojas de colores,
plumas y otros elementos. Poco a poco, cada una encontró su camino y entre
risas, recortes, intercambios de ideas, cada una tuvo un antifaz original que
luego llevaron a casa con emoción.
En todos los casos hemos
disfrutado de un día distinto, nos hemos reído de nosotras mismas y entre
nosotras, exploramos distintos gustos y formas de expresarnos de manera
creativa.