martes, 5 de noviembre de 2013

LOS HIJOS


Nos casamos mi marido y yo, muy enamorados y queriéndonos mucho. Ha sido el único hombre de mi vida. En el 65 tuvimos a nuestro primer hijo y se llama Jose Antonio Vegara (primer nieto paterno y materno).
A los tres años nace el segundo hijo, llamado Alejandro. Todos estábamos muy contentos, pero su hermano se alegró tanto que sólo llegar del  hospital y dejarlo en la cuna entró con un vaso de agua para que bebiera, ¡si me descuido me lo moja todo! Se salía a la calle y a todo el que pasaba le decía ¡tengo un hermanito!
A los seis años nace mi hija, se llama Ana. Estaba tan hermosa y era tan grande la alegría que me daba miedo.
¡Pero qué sorpresa!, a los catorce meses nace mi cuarto hijo, se llama Roberto. Todo el que lo veía me decía ¡qué bonico! y  con los mayores me decían ¡qué hermosos!
Tengo cuatro amores muy guapos y así fueron pasando días y los mayores iban al colegio y los pequeños a la guardería.
Más tarde fueron a Santo Domingo, este colegio les fue muy bien, todos saben más o menos inglés, bastante de informática y administrativo.
Mi hijo mayor estuvo en la universidad. Es licenciado en Económicas , con un Master en Economía Bancaria y Diplomado en Asesor Fiscal.
Hoy, por suerte, todos mis hijos están trabajando.
Somos una familia muy unida, nos queremos mucho y mis hijos está muy pendientes de mí.
¡Qué contento estaría mi marido de ver esta familia que tenemos tan unida!


                                                           JOSEFINA NAVARRO

Los hijos son una bendición, pero también dan mucho sufrimiento. EL AMOR DE UNA MADRE ES INCONDICIONAL.
Mis hijos han sido muy trabajadores y han valorado mucho lo que hemos hecho por ellos.
Mi hijo con veintidós años terminó la carrera de derecho y empezó a trabajar casi sin recursos.
Me siento muy orgullosa de ellos. De no haber perdido a mi hija Faviola sería la madre más feliz del mundo con lo poquito que tengo, pero se que ella desde el cielo también nos cuida y protege.


                                                            VICENTA ESCUDERO


Lo mejor que me ha pasado en mi vida es haber tenido cuatro hijos, pues he tenido la suerte de que son maravillosos y de los cuales me siento muy orgullosa de ser su madre.
También de mí piensan que soy una madre de la cual se sienten muy satisfechos.

Según ellos, en los años difíciles estuve a la altura de las circunstancias.

                                                               GLORIA SALA

Tengo tres hijos que son muy buenas personas. Han sido buenos estudiantes, tienen sus carreras y dos de ellos trabajan en lo suyo.
Uno de ellos vive en Orihuela, otro en Torrevieja y el pequeño vive aquí en San Miguel, de momento, porque en el mes de enero se va a Madrid a trabajar de funcionario en el Ayuntamiento.

                                                           MARÍA SÁNCHEZ


Los hijos son muy amados, dan alegría y tristeza.
Tengo siete hijos y el cariño que siento por ellos no se puede diferenciar, a todos se quieren por igual.

                                                           CARMEN VILLENA

           
Cuando hace cuarenta y seis años hice mi familia nunca pensé que uno más uno se convertirían en quince.
He tenido cuatro hijos y han sido años duros donde no teníamos ni lavadora, ni pañales, ni guardería. Les tuve que decir muchas veces que no a muchas cosas con todo mi dolor, pero lo que no les faltó fue mi amor.
No sé si hice bien o mal, pero también es verdad que al igual que yo estuve con ellos, ellos han estado a mi lado cuando los he necesitado.
Cuarenta y seis años después, orgullosa puedo decir que uno más uno se han convertido en quince.
Cada día festivo cuando nos reunimos, hablamos de lo vivido, de lo bueno y malo, pero lo mejor es que estamos todos unidos.

Le doy gracias a mis hijos.


                                                           LOLI VALERO



Los hijos son una bendición de Dios.
Para el matrimonio es un cúmulo de alegría, desde que se engendran, la primera mamantada, el primer diente, los primeros pasos…
Tú quieres colocarlos en la vida con un nivel más alto que el tuyo, pero ellos tienen la cabeza llena de pájaros y no atienden a razones. Cuando pasan esa etapa vuelven y te dicen que tienes razón y que se van a labrar un porvenir y cuando los ves centrados te tranquilizas y tú contenta de verlos situados en la vida.


                                                           ENCARNA VEGARA

No hay comentarios:

Publicar un comentario