miércoles, 19 de enero de 2022

Tradiciones Navideñas

 Desde las Escuelas de Mayores de la Mancomunidad La Vega queremos felicitar el año a todo el mundo y que se cumplan vuestros mejores deseos.

Algo que estuvimos trabajando antes de irnos de vacaciones en los pueblos de Algorfa, Jacarilla, Redován y San Miguel de Salinas con nuestras usuarias y usuarios fueron los recuerdos de la infancia o juventud, lo que técnicamente se llama "memoria biográfica o histórica", que consiste en recordar momentos especiales que han quedado marcados en nuestro recuerdo.

Aprovechando la navidad, preguntamos.... ¿qué actividades se hacían antiguamente en tu pueblo que ya no se hacen?

Y este fue el resultado... ¡maravilloso!

Algorfa

 

Cuenta Lola Lorenzo, con casi 95 años, que su padre fundó una tradición en el pueblo de Algorfa por navidad, una tradición centenaria pues es anterior a su nacimiento.

Un grupo de personas del pueblo, de ambos sexos, presentados voluntariamente, se turnan para sacar a la Virgen del Carmen, patrona de Algorfa, desde el 25 de diciembre y durante todos los días de la navidad, el grupo de voluntarios y voluntarias pasan casa por casa con la imagen de la Virgen, al principio, y más tarde con el estandarte. Guitarra en mano, llegaban a cada casa y preguntaban “¿En esta casa se reza o se canta?” y entonces se entraba en la casa y se cantaba o rezaba según el deseo de la familia a cambio, muchas veces, de dulces, regalos y algo de beber. Lola inventó una canción de aquellos días: “Venimos a visitarte, como vieja tradición, y la Virgen del Carmen te da su bendición”.

El último día, cuando ya se había pasado por todas las casas, a la hora de elegir quiénes portaban a la Virgen hasta la iglesia, se organizaba una puja, a beneficio de la Iglesia. Quienes más dinero aportaban eran quienes introducían a la virgen en el templo.

 


 

Baile de los Nabos. Por navidad, en el Paseo de Algorfa, se organizaba una exposición-fiesta de los nabos. Se colgaban los nabos más grandes que se habían cosechado en los alrededores para que todo el pueblo los pudiera ver, y en la noche se organizaba un baile donde participaba todo el pueblo.

Durante la jornada y el baile, se realizaban apuestas y pujas para ver quién tendría que “bailar con el nabo”. Alguien comenzaba dando cierto dinero para que otra persona bailara con el nabo, y esa persona o algún allegado hacía una contraoferta para no hacerlo. “Doy estas pesetas para que Luisa baile con el nabo” y contestaba su novio: “Yo doy más para que no lo haga”. Y así transcurría la velada hasta que se quedaban sin dinero o se cansaban de la puja, en cuyo caso le tocaba bailar con el nabo entre risas y aplausos del resto de los y las habitantes del pueblo.


 

Redován

 

Muchas tradiciones se han perdido en el pueblo de Redován, pero las personas mayores las recuerdan con cariño. Todo el mundo sabía que se acercaba la navidad gracias a Manuel Andreu (DEP), más conocido como “el electricista”, quien colocaba un altavoz en la puerta de su negocio y ponía villancicos todos los días que duraba la navidad. La música navideña se escuchaba en todo el pueblo.

 


 

También era famoso el “Concurso de Belenes”. En todas las casas del pueblo se montaba un Belén, cada familia según sus posibilidades e imaginación. Pronto se abría el tiempo del concurso y un comité visitaba casa por casa los tradicionales belenes, poniéndoles nota para más tarde hacer pública la clasificación. Era tradicional que además del Jurado también visitaran las casas los vecinos y vecinas, sobre todo las casas ganadoras, y siempre se agasajaba a las visitas con dulces navideños caseros y alguna copita de coñac…

 


 

Los Trolos. Los trolos era un grupo de hombres , voluntarios, del pueblo, con buena voz, que se dedicaban a ir a las casas de las chicas “mozas” (solteras) del pueblo a cantarles en verso y portando un cuadro del niño Jesús y San José (el nacimiento).  Las mozas del pueblo se preparaban y colgaban un pañuelo con sus nombres en el cuadro. Al finalizar el pasacalles se realizaba un sorteo entre los pañuelos colgados. Entonces los novios de las mozas daban un dinero por el pañuelo de la muchacha, uno por uno se iba pujando por cada pañuelo y aquel chico que aportaba más dinero conseguía el pañuelo para regalárselo a la afortunada.

Esta comitiva de hombres, “los trolos”, se recorrían casa a casa, el pueblo entero, y en cada casa de aquellos años 40 o 50 del siglo pasado, les esperaba un aperitivo compuesto por dulces navideños, coñac, anis u otras bebidas para animarles en su camino.

Esta tradición está muy unida a otra tradición de la Comarca de la Vega Baja, que se llama “Los Auroros”.

 

 

Monika (Alemania)

 

En Alemania es tradicional el 24 de diciembre por la tarde, que los padres lleven a sus hijos e hijas a la iglesia o a pasear por las calles para disfrutar de los adornos navideños y del bullicio tradicional que se respira en estas fechas. Mientras tanto, las mamás se quedan en la casa y preparan el árbol de navidad con todos los regalos alrededor. De esta forma, cuando llegan los peques de la casa se encuentran con que la navidad ha llegado a sus casas… pero antes de abrir los regalos hay que merendar-cenar, una comida muy ligera y breve pues los niños están nerviosos y sufriendo por abrir los regalos.

 


 

Carrine (Bélgica) nos cuenta esta tradición popular de Bélgica y Holanda que no hace mucho que llegó a su ciudad (Bredene), pero que ya está muy instaurado entre sus habitantes, se celebra el primer fin de semana de enero el Kerstboomverbranding o “la quema de árboles de navidad”. Ese día, todos los habitantes del pueblo llevan hasta la playa el árbol de navidad que ha decorado su casa durante esas fiestas. Allí el ayuntamiento los amontona todos formando un gran árbol de navidad compuesto de docenas de árboles de navidad, y entonces se prende fuego, simbolizando el fin de un ciclo (año viejo) y el inicio de un año nuevo. Toda esta actividad también está amenizada con música, comida como sardinas o bebida de todo tipo, y muchos bailes, buenos deseos y alegría.

 


 

San Miguel de Salinas.

 

El baile de la piña, es una tradición que se llevaba a cabo al finalizar los días de Pascua.

Esta tradición reunía a todas las parejas del pueblo para bailar en el centro social, la plaza, el teatro o el parque. Cualquier lugar era bueno para pasar un buen rato entre bailes y además ganar el gran premio de la piña.

Todas las parejas, preparadas para lucirse con sus mejores pasodobles, competían por el premio que se encontraba dentro de una gran piña.

Los últimos años, el baile de la piña fue llevado a cabo en el Teatro, allí, había una piña muy grande en lo alto de la sala llena de lazos de colores que caían hasta la altura de la gente.

Tras unos buenos bailes, un jurado elegía a las parejas que mejor lo hacían, y solo ellas, tenían la posibilidad de tirar de uno de los lazos y descubrir si ese lazo abría la piña.

Tan solo uno de los lazos abría la gran piña que albergaba dentro el premio.

Jamones, quesos, botellas de vino, aceite, los mejores embutidos… todo esto podría ganar la pareja que mejor bailara y que más suerte tuviese al tirar de uno de esos lazos.

A pesar de que es una tradición que se ha ido perdiendo con el paso de los años, las mujeres que cuentan esta tradición, hablan de ella con mucha ilusión y añoranza porque afirman que era muy divertido y les hacía muy feliz.










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