jueves, 19 de diciembre de 2013


La Navidad son unas fechas muy entrañables para todas/os nosotras/os, llenas de vivencias y recuerdos.
En estas fiestas os deseamos de todo corazón, que paséis una Feliz Navidad y un Próspero Año.
Como todos los años nos vamos de vacaciones y volveremos a vernos después de la festividad de Reyes.

Un saludo y hasta pronto.

                                                                          Las Escuelas de Mayores



La Navidad en Alemania

Cuatro semanas antes de la Navidad en Alemania es tiempo de Adviento. En todas las casas hay una corona de abeto con cuatro velas. Una vela por cada semana hasta Nochebuena.
En Nochebuena un abeto se decora con muchas velas y bolas de navidad, en la punta se coloca un ángel.
Los regalos de Papa Noel se dan la noche del veinticuatro de diciembre. Antes de repartirlos los niños y mayores cantan villancicos. Después hay un gran banquete para toda la familia.
A veces en Alemania hay mucha nieve durante estas fechas. Y allí no existe la Lotería de Navidad.

                                                                             Annelie y Carlos Van der Bruggen

Todo en la vida ha cambiado, incluso hasta la Navidad.
Si recordamos lo que nos contaban nuestros abuelos y lo comparamos con los recuerdos que tenemos de nuestra infancia o de nuestra juventud, vemos el gran cambio entres sus vivencias y las nuestras.
Es inexplicable cómo vivimos nosotros la Navidad y cómo la viven nuestros jóvenes.
Para nosotros la Navidad era una gran fiesta, donde nos reuníamos  la familia y cantábamos villancicos.
Nuestra felicidad se conseguía por otros medios. Los Reyes nos dejaban muy pocas cosas que valorábamos muchísimo.
Hoy nuestros niños y jóvenes, como lo tienen todo, no valoran nada. Son invadidos por el aburrimiento y la necesidad de nuevas experiencias les hace caer en una gran apatía. La sociedad de consumo nos hace ser consumistas como profesión, creyéndonos, jóvenes y mayores que la felicidad consiste en tener y no en el ser, y así nos va.

                                                                       Gloria Salas

Estoy pensando y me vienen muchas cosas a la memoria.
Empezaré cuando yo era una niña que iba a la escuela y la maestra nos explicaba cosas de la Navidad.
Yo, donde mejor me lo pasaba era en casa. Una semana o dos antes, mi madre ya estaba preparando los dulces: mantecados, toñas, almendrados,…Yo le ayudaba a llevarlos al horno, donde se cocían y me lo pasaba muy bien.
También recuerdo la matanza del pavo, yo ayudaba y venía mi abuela y dos tías sordomudas que vivían con ella en una cueva, cerca de mi casa.
Mi tía mayor hacía una zambomba con una tripa de pavo y yo me ponía muy contenta. Se encendía una chimenea baja y asaban pavo y castañas.
Poníamos el árbol y un pequeño belén. Después venían los reyes magos y mi madre escondía los regalos en lugares que nos costaba encontrarlos y teníamos mucha ilusión buscando de aquí para allá, hasta que dábamos con ellos.
Luego fue pasando el tiempo y nuestros seres queridos fueron desapareciendo, abuelos, tíos, padres y nunca fue nada igual.

                                                           Remedios Peñalver

La Navidad es la fiesta más bonita del año. Nace el niño Jesús, se hace el árbol de Navidad y se cantan villancicos.
Nos reunimos toda la familia para comer y nos damos los regalos para celebrar las fiestas de Navidad.

                                                           Teresa Baeza

Recuerdo que cuando yo era pequeña la Navidad se vivía muy familiar. Los vecinos iban de casa en casa pidiendo el aguinaldo, cantando villancicos y se sacaban toñas y mantecados para comer.
Cuando llegaba el cinco de enero la ilusión de un niño era esperar los juguetes que no venían porque no había dinero, pero yo no lo entendía ni mis hermanos tampoco.
Se ponían las zapatillas en la ventana para esperar los juguetes y mi madre nos ponía mantecados que guardaba para ese día.

                                                           María Sánchez

La Navidad me gustaba más cuando era pequeña. Vivíamos en el campo y yo ayudaba a mi madre a hacer toñas. Teníamos un horno de leña y amasábamos  el pan la víspera de Noche Buena para que estuviera blando.
El día de Noche Buena se mataba el pavo, encendíamos la chimenea para asar carne y cantábamos villancicos.
Ahora disfruto con mis hijos y mis nietos, pero no puedo negar que me pongo triste cuando me acuerdo de las personas que faltan.
                                                          
                                                           Conchita Martínez

Yo soy una persona mayor, pero tengo recuerdos muy bonitos.
Mi madre criaba un pavo en un patio muy grande que teníamos en casa y por Navidad lo mataba, lo colgaba entero y hacía toñas.
En Noche Buena, mi padre traía un tronco seco muy gordo, que lo encendía en una cocina baja que teníamos  y el pavo colgado, partiendo y asando la carne.
Disfrutábamos mucho toda la familia, mis padres, mi abuela y mis hermanos.

                                                                       Emelina Costa

Para mí la Navidad es un tiempo de felicidad donde te vuelves un poco niño, es la época quizás más importante, por la cantidad de sentimientos que esconde.
Los que viven fuera, lejos de nosotros, vuelven a pasar estos días con los suyos, y sobre todo, con la alegría que los esperamos.
Esperamos ansiosos el día de la “Lotería”, para terminar conformándonos diciendo: “salud” que tengamos. Y esperar al año que viene, a ver si nos toca. Pero cuanta felicidad, cuanta vida, cada vez que nos cruzamos con las personas y decimos “FELICES FIESTAS Y FELIZ AÑO NUEVO”.
Luego la noche de Reyes, ver a nuestros hijos, su ilusión y la nuestra de verlos a ellos, esperando su regalo, aunque no fuera mucho.
Y ahora, a mis nietos, que me hacen tanta ilusión o más que me hacían mis hijos.

                                                           Loli Valero

En los años cincuenta yo era muy feliz, porque estábamos en mi casa toda la familia y lo pasaba muy bien.
Mi madre se ponía en la cocina a hacer toñas, mantecados y almendrados.
Nos íbamos al “Pasico”, que era el campo, a matar el pavo. Luego mi padre sacaba el buche del pavo para hacerme una pelota y jugar en Noche Buena.
Ahora me quedan mis hijos y mis nietos. Estamos más solos y es más triste.

                                                           Carmela Patiño

Cuando yo era pequeña estaba con mis padres y mis hermanos y era muy feliz.
Éramos una familia grande, mi padre tenía siete hermanos y mi madre cuatro. Todos vivíamos en la huerta de Formentera del Segura.
Me casé a los veintiún años y las cosas fueron diferentes. Fueron naciendo mis hijos, pasaron los años y mi marido murió. Y aquí estamos hasta que Dios quiera.

                                                           Carmen Villena

Los años más felices de mi vida fueron cuando yo tenía ocho, nueve y diez años, pues vivía con la ilusión de que llegara la Navidad.
Recuerdo que mis padres encendían la cocina baja y asaban castañas y carne.
Un año, mis primas y yo pusimos un árbol en casa de nuestro  abuelo, con toñas, mantecados y rollos. El abuelo tenía un gato negro y lo pillamos comiéndose los mantecados.
También recuerdo cuando mi madre se ponía a hacer los almendrados y yo le ayudaba a pelar y moler las almendras.

                                                           Carmen Ferrer


Qué bonito es nuestro pueblo del cual estoy orgullosa.
Ya llega la Navidad y en nuestras calles se nota,
los niños alborotados no se cansan de jugar
y nosotros orgullosos comentamos al pasar.

Quisiera hacerme niño para así poder jugar
sentarme bajo el árbol que llegue Papa Noel
y destapar mi regalo para así jugar con él.

Si alguna vez yo faltara y no pudiera venir
lo sentiría en el alma por no poder escribir
por eso quiero pediros que no os olvidéis de mí
por que para mí habéis sido, sois y lo seguiréis siendo
las mejores amigas que tuve y sigo teniendo.

Aunque ya no vengo a clase, hoy he querido estar aquí
saludar a mis amigas y con ellas sonreír.

Yo sé que me echaréis de menos, aunque yo no soy gran cosa.

Sé que os acordáis de mí, igual que yo de vosotras
por eso hoy que he venido con vosotras a almorzar
 y aprovecho para desearos a todas una Feliz Navidad.

Un saludo a las profesoras que acabo de conocer.
Saludo a la Concejala, a Roque, al Señor Alcalde y a toda la Comisión
y a todos en especial.

Con cariño os deseo una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo, que nos traiga paz, amor y trabajo.

                                                                       Rosario Rodríguez

Fotos de la clausura de las Escuelas de Mayores.











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