Cuando vino la moda de que las mujeres pagaban lo suyo, porque trabajan, había dos en la puerta de una discoteca cuando llegaron dos chicos y empezaron a conversar con ellas. Las chicas pensaron: “a ver si tenemos suerte y nos pagan las entradas”. Los chicos les comentaron que como estamos en tiempos modernos cada uno debería pagarse su entrada.
Una vez dentro de la discoteca, ellos les metieron mano a las chicas; y, como ellas eran bastante espabiladas les dijeron: “como cada uno se ha pagado su entrada, que cada uno se toque lo suyo”.
Una vez dentro de la discoteca, ellos les metieron mano a las chicas; y, como ellas eran bastante espabiladas les dijeron: “como cada uno se ha pagado su entrada, que cada uno se toque lo suyo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario