El Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) es una
fecha que celebran los grupos femeninos en todo el mundo. Esa fecha se
conmemora también en las Naciones Unidas y es fiesta nacional en muchos países.
Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo
separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas,
culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su día, pueden
contemplar una tradición de no menos de noventa años de lucha en pro de la
igualdad, justicia, la paz y el desarrollo.
La idea de un día internacional de la mujer surgió al
final del siglo XIX, que fue, en el mundo industrializado, un período de
expansión y turbulencia, crecimiento fulgurante de la población de ideologías
radicales.
El día internacional de la mujer es cada vez más una
ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y
celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado
una función extraordinaria en la historia de los derechos de la mujer.
Me remonto al día 8 de marzo de 1857. En esa fecha un
grupo de mujeres obreras textiles tomaron la decisión de salir a la calle en
Nueva York a protestar por las míseras condiciones en que estaban trabajando. A
partir de esa fecha se fueron sucediendo movimientos en las calles para
reclamar con huelgas una igualdad en los salarios, diez horas laborales y unas
horas para dar de mamar a sus hijos.
Unas
ciento cuarenta mujeres se encerraron en una fábrica y durante esa huelga el
día 5 de marzo de 1857 la respuesta que recibieron por parte del dueño de la
fábrica fue prenderle fuego, quemando a las mujeres encerradas. En esos
momentos estaban tiñendo unas telas en color malva y por eso el símbolo y el
color del día de la mujer es de color malva, en memoria de esas mujeres
obreras.
En 1910-1911, se decide que se celebra el día
internacional de la mujer el 19 de marzo en Copenhague, Alemania, Austria,
Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asisten más de un millón de personas,
que exigieron para las mujeres el derecho al voto y el de ocupar cargos
públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no
discriminación laboral.
Entre los años 1922 a 1975, después de la revolución de
octubre la alemana Alexandra Kollontai, comisaria del pueblo, logró el voto para
la mujer, el divorcio y el aborto y que se considerase el 8 de marzo el día de
la mujer en la Unión Soviética.
La ONU llevó a varios países a oficializar este día
dentro de sus calendarios, Chile lo consiguió en 1977.
En España en 1931 en el Senado, Clara Campoamor
consiguió el voto el 9 de diciembre. Pero eso le costó un escaño, ya que
Victoria Kent no la apoyó alegando que no era el mejor momento para ello, pero
los votos fueron a favor de Clara Campoamor y en las siguientes elecciones en
1933 las mujeres votan por primera vez.
España se adelantó a muchos países europeos.
Hoy en día las mujeres trabajan y tienen más derechos
o casi igual que los hombres, hay que recordar todo el esfuerzo y la dedicación
de muchas mujeres que han luchado y hasta han dado su vida por conseguir la
igualdad y los mismos derechos laborales, pero no del todo.
Ahora en el siglo XXI tenemos mujeres políticas,
empresarias, granjeras, amas de casa, etc. y muchas más, pero la igualdad total
no la conseguiremos jamás. En cualquier puesto de trabajo tenemos que demostrar
cada día nuestra capacidad para desarrollar nuestro cometido y al llegar al
hogar nos convertimos en cocineras, niñeras, limpiadoras, contables, ayudamos a
hacer los deberes a nuestros hijos y cuidamos de nuestros padres. ¿Quién
reconoce nuestra labor, nuestros desvelos?
Mi abuela materna me crió, ella me inculcó el valor
de la familia, el respeto por los abuelos, su influencia fue importante para mi
futuro, ya que con su ejemplo me convirtió en la persona que soy.
Mi abuela era analfabeta, no sabía leer ni escribir,
pero con su trabajo, a sus hijos y nietos nos dio todo, lo que le fue posible
culturalmente, para que pudiéramos tener estudios. Pero lo más importante que
me dio mi abuela fue enseñarme a ser una buena persona, como era ella, noble,
honrada, trabajadora y sobre todo muy luchadora. Me enseñó a ser feliz con
pocas cosas materiales, pues lo que contaba para ella era lo emocional. La
perdí cuando tenía dieciocho años y ahora tengo sesenta y no hay un día que no la
siga recordando.
Gracias a todas las mujeres que no perdieron las fuerzas para conseguir parte
de lo que ahora disfrutamos las mujeres de este siglo XXI.
¡Gracias
abuela!
Laura Miró
La mujer tiene que seguir luchando por los derechos
que le faltan, para estar al nivel del hombre.
Hoy la mujer está más preparada que muchos hombres
para abrirse camino en la vida.
No se puede entender que en un mismo trabajo el
salario del hombre sea mayor que el de la mujer.
¡Hay que seguir en la lucha!
Se lo debemos a nuestras compañeras que en el pasado
dieron su vida por los derechos que hoy tenemos. Hay que seguir peleando para
que en el futuro otras consigan el pleno derecho que les corresponde, hasta
igualarlas al hombre.
Encarna Vegara
La vida de la mujer es muy complicada y poco
valorada, es una vida de sacrificio. Toda la vida, poco a poco, nos vamos
metiendo en un callejón sin salida.
Empezamos con el estudio para estar bien preparadas,
para tener un puesto de trabajo. Seguidamente pasamos a formar una familia,
vienen los hijos ¡Qué alegría más grande!, y seguimos hacia delante con toda
nuestra ilusión y nuestras fuerzas.
La mujer es lo más valioso que existe en la tierra.
Sin la mujer no habría vida.
La mujer es a quién le cuesta más sacrificio llevar
la familia y la casa hacia delante. Es la mejor cuidadora y la mejor economista
y valiendo tanto todavía sigue cobrando en el trabajo un 30% menos. ¡No hay
derecho a esto!
¿Para qué tanta tecnología y tanto adelanto?, para
mirar a la mujer como víctima.
Hace
falta pensar más en la mujer y darle más valor, mucho cariño, amor y así
podremos conseguir la paz y la igualdad.
Josefina
Navarro
La mujer hasta hace unos años se ha dicho que era el
sexo débil, cosa que creo que es falso. Desde hace algunos años las cosas han
cambiado bastante. Eso de ¡cállate!, ¿y tú que sabes?, ¡tú harás lo que yo te
diga!, y muchas cosas más, afortunadamente han desaparecido.
Estudiar, eso era para los hombres. Para las mujeres
no hacia falta, la mujer lo que tenía que aprender era cuando se casara, saber
cuidar al marido, a los hijos, hacer trabajos en la casa y cuando se tenía que
tomar una decisión importante, ella no podía hacerlo sin el consentimiento del
marido, y de soltera sin el del padre.
Afortunadamente las cosas han cambiando, pero aún
queda mucho por hacer, como poder compaginar el trabajo con la casa y los
hijos.
Loli
Valero
La mujer, dicen que el sexo débil, pero yo no lo creo
así, pues en muchas ocasiones ha demostrado ser más fuerte que el hombre.
La mujer lo damos todo por la educación de nuestros
hijos, sabemos gobernar un hogar con poco dinero, trabajamos fuera y dentro de
casa y hacemos varias cosas a la vez.
Yo estoy muy agradecida a mis padres por la educación
que me dieron, me enseñaron a ser responsable, fuerte y agradecida. No lloro
por pequeñas cosas, me conformo con lo que tengo y con lo que soy.
Me hubiese gustado haber estudiado.
Conchita
Martínez
Desde hace tiempo se celebra el día de la mujer
trabajadora. Antes no se sabía nada de eso, se empezó a protestar y con el
tiempo se ha conseguido algo.
La mujer ha trabajado mucho más que el hombre, ahora ha
conseguido hacer trabajos que antes no las dejaban. Pero nunca se conseguirá
que el hombre haga el mismo trabajo que la mujer. Yo pienso que nacer hombre es
un don.
Rita
Gómez
En los últimos años se le ha dado una gran publicidad
a la mujer trabajadora ¡Cómo si no hubiera trabajado nunca! Quizá haya influido
en esto la sociedad de consumo.
La mujer por sí sola a lo largo de la historia ha ido
ganando espacio en una sociedad machista.
La mujer siempre trabaja, generalmente igual que el
hombre.
A
igual trabajo más bajo salario fuera y dentro del hogar.
Se dedicó a la difícil labor de educar a sus hijos,
ha tenido que hacer de padre y de madre, de administradora del poco sueldo del
que disponía.
Fueron años muy difíciles, donde en raras ocasiones
se le escuchaban sus propuestas.
Hoy la mujer se ha ido haciendo sitio en el mundo
laboral, de ahí se ha ido independizando. A los hijos, por desgracia, los educa
el ordenador y la calle y los enseña la escuela.
Ha
conseguido leyes injustas para defenderse de la opresión del hombre. Hay dos
leyes, una para la mujer y otra para el hombre. Los legisladores se han
olvidado de la persona. Si el hombre insulta a su mujer es un delito, si la
mujer insulta a su marido, no pasa nada.
El hombre fue educado para ser jefe de su hogar y ve
que poco a poco va perdiendo sus poderes. Esta situación ha cambiado muchísimo.
Todas estas ideas jamás se pueden generalizar. Por
desgracia hoy siguen muriendo mujeres por sus maridos o exmaridos y los hombres
que mueren o se suicidan, no se habla de ello.
Compañera
de la Escuela de Mayores
Las mujeres que murieron en la fábrica me recuerdan
cuando yo trabajaba en la fábrica de zapatos y cerraron porque cambiaron de
dueño. Nos prometieron que no iba a ver despido pero no fue así y querían
darnos menos dinero del que nos pertenecía, así que decidimos ir a la huelga.
Todos los días nos íbamos a la puerta de la fábrica y comíamos allí. Iba mucha
gente para apoyarnos y darnos ánimo. Hacíamos manifestaciones por todo el
pueblo.
Carmen
Ferrer
Sobre la mujer trabajadora, la primera vez que lo oí
hace bastantes años. Me contaron que unas cuantas mujeres se encerraron en una
fábrica textil el 8 de marzo para pedir
los derechos y la igualdad, le prendieron fuego y murieron. Desde entonces
estamos celebrando este día.
Cuando era pequeña veía que las mujeres solamente
salían de su casa para hacer la compra para la comida, lavar y criar porque
tenían muchos hijos. Ellas no salían de su casa y sus maridos sí se iban al bar, no es como ahora que se
van a desayunar y los fines de semana a convidarse con su marido.
La gente joven se reparte el trabajo y la diversión.
Los mayores hacemos lo que podemos, cada uno dentro de sus posibilidades, pero
gracias a Dios se puede llevar la vida mejor. En eso hemos cambiado, desde la
época de mi abuela y la mía han pasado muchos años y el cambio ha sido mucho.
Emelina
Costa
La mujer en los tiempos pasados solamente se
encargaba de las labores de la casa y de cuidar a los hijos, no trabajaban
fuera de casa, sólo lo hacían los hombres.
Según han pasado los años las mujeres se han metido
en el mundo laboral.
Hay mujeres que han estudiado y tienen cargos
importantes en las empresas y trabajan como los hombres.
También hay mujeres que se dedican a la política y lo
hacen muy bien.
En estos momentos las mujeres y los hombres se miran
igual.
Teresa
Baeza
Yo me siento una mujer trabajadora. He pasado toda la
vida trabajando, me casé y tuve cuatro hijos.
Tengo setenta y ocho años y sigo trabajando porque la
mujer no se jubila nunca.
Los domingos vienen mis hijos a comer y me siento
feliz.
Josefina
Garre
Hace ya algún tiempo los hombres eran muy machistas,
no querían que las mujeres trabajaran porque ellos creían que podían llevar la casa adelante. Antes a
todas horas estábamos a su disposición, teníamos que tener la comida a su hora,
pero todo cambió gracias a Dios para mejor y ahora trabajamos al compás que
ellos.
Carmela Patiño
Soy ama de casa y me casé sabiendo qué iba a ser mi
vida. Tener que ayudar en el campo a mi marido y llevar la casa lo mejor que
pudiera. Tuve mis dos primeros hijos que se llevaban dieciséis meses y
dieciséis días.
Criar
hijos ahora no es como antes. En el campo no había luz eléctrica, había que
acarrear el agua para lavar la ropa, fregar los suelos de rodillas, en fin, una
vida muy dura.
Bueno, no andaré con más detalles, los que tengan
algunos años saben lo que era en aquellos años y para terminar ¡Viva la mujer
trabajadora!
Carmen
Villena
La mujer es el pilar de la familia. La mujer se queda
viuda y la casa sigue adelante. Cría a los hijos y al mismo tiempo trabaja. A
la mujer siempre se le ha tenido en segundo lugar.
La
mujer es muy valiente y aprovecha para gobernar. El país iría mucho mejor si
gobernara la mujer.
María
Sánchez
La
mujer salió de la costilla del hombre.
no
de los pies para ser pisoteada,
tampoco
de la cabeza para ser superior,
sino
del lado para ser igual.
Debajo
del brazo para ser protegida y al lado del corazón para ser amada.
Mujer que de tus entrañas traes al mundo a tantos
seres que han dado todo de sí por conquistar el mundo, eres una rosa que
desprende su aroma y llena de amor todo su entorno.
¡Feliz día de
la Mujer!
Azucena
(amiga de la Escuela de Mayores)
Para mí, en esta vida es muy importante la mujer, sin
embargo no está lo suficientemente valorada, ni en el trabajo de casa ni a
nivel nacional. En los puestos de trabajo siguen ganando los hombres más que
las mujeres.
Me gustaría que todo cambiara, porque sin la mujer
este mundo no funcionaria.
Un homenaje para todas.
En mi vida fue muy importante mi abuela. Fue una mujer
muy fuerte, tuvo diez hijos, tres de los cuales estuvieron en la guerra. Sufrió
mucho, tenía que lavar en el río que estaba lejos, también amasaba un pan
buenísimo.
Yo casi me crié con ella, no era muy mayor cuando
murió.
Donde esté le mando un beso muy
fuerte.
Conchita Ros
Homenaje
a las mujeres de mi familia: abuelas.
Mi abuela paterna no la conocí. La materna era una
persona muy rural, del norte (Castilla-León) como yo. Trabajaba en la
agricultura familiar, era pequeñita y delgada ¡puro nervio! Tenía una obsesión
y era que los animales estuvieran bien alimentados, las personas en segundo
plano.
Siempre vestía igual: sayas a los tobillos,
faltriquera, delantal, blusa sin cuello y de manga larga, todo negro. Si hacía
frío llevaba toquilla de tres picos y pañuelo a la cabeza. Era muy buena
persona.
Mi madre ¡la mejor!. Trabajaba muchísimo, se casó muy
joven con un viudo y un niño de meses. Lo crió como suyo y después tuvo cinco
hijos.
En el trabajo hizo de todo: segar, labrar, sembrar,
no se le ponía nada por delante.
También teníamos una carnicería: mataba pollos,
conejos y hasta corderos ¡Qué fenómeno!, a parte la casa, mientras éramos
pequeños.
En sus últimos quince años disfrutó de lo que le
gustaba: punto, ganchillo, escuela de mayores, gimnasia y manualidades. Los
hijos tenemos maravillas hechas por ella, en fin todo y mucho más.
Así fueron ellas, se merecen el mejor de los
recuerdos.
Carmina
Prieto
De las mujeres trabajadoras, se espera que hagan un trabajo
doble en la mitad de tiempo que los hombres y sin reconocimiento. Por fortuna,
no es difícil para nosotras.
Mujer:
-
Se fuerte para que
nadie te derrote.
-
Se noble para que nadie
te humille.
-
Se humilde para que
nadie te ofenda y sigue siendo tú para que nadie te olvide Mujer Trabajadora.
Cándida Martínez
Para mi abuela Rosario y para mi Madre el día de la
mujer trabajadora era todos los días, pues no descansaban nunca. Dos mujeres,
que cada una en su época vivieron en cuerpo y alma dedicadas a sus hijos y a
sus maridos.
De mi abuela Rosario, contaba mi madre, que junto con
mi abuelo tenían una carnicería en la que mi abuela trabajaba día y noche. Ella
se encargaba de hacer el embutido, de atender la carnicería, de la casa, de los
hijos, de preparar la comida, de lavar y con la ropa en el balde y la pastilla
de jabón salían a las afueras del pueblo, a la rambla o al canal.
Mi abuela vestía con un vestido casi hasta los
tobillos, su delantal y alpargatas. Se peinaba con un moño recogido. Era una
mujer de pueblo, sencilla y sobre todo con sentimientos, tenía buen corazón y
le gustaba hacer el bien a los demás.
Al igual que ella, mi madre era una persona
bondadosa, trabajadora, limpia, ordenada, educada y sobre todo humilde. Su vida
era su familia. Se casó muy joven, con dieciocho años y tuvo ocho hijos. Nos
crió con muchísimo amor y cariño.
Recuerdo que a las seis de la mañana se levantaba
para acarrear agua para beber y para lavar. Hacía soga de esparto, alpargatas
de cáñamo para el hombre y la mujer, éstas de varios colores y modelos. Nos
cosía la ropa a todas las hermanas, en verano nos hacía chaquetas de lana para
el invierno. Criaba animales para venderlos en el mercado de Orihuela, para
poder comprar la comida para la familia. Iba a Orihuela andando y volvía
andando y no se quejaba nunca. Siempre con una sonrisa y buen humor, todo lo
hacía cantando. Sus salidas eran los domingos a las ocho de la mañana para ir a
misa.
Mi madre no conoció fiestas, ni bailes ni cine,
solamente su casa y su familia y el trabajo de sol a sol.
Gracias a dos mujeres luchadoras, a mi abuela Rosario
y a ti Madre, os lo merecéis todo.
Josefina Galiana
Yo era muy pequeña cuando mi madre murió, tenía
cuatro años, mi hermana ocho y mi hermano diez. Mi abuela nos llevó con
ella y no echamos en falta nada porque
nos cuidaba con mucho cariño.
Esa era mi abuela, mujer luchadora, trabajadora, muy
cariñosa y fuerte. Nos quería como a sus hijos y luchaba mucho por nosotros.
Le decía a mi padre que no se preocupara porque con
la ayuda de Dios todos saldríamos adelante.
¡Esa
era mi abuela!
Maruja
Zaragoza
En los años cuarenta las mujeres no tenían derecho a
votar, solamente al trabajo del campo y a criar hijos. Eran discriminadas por
los hombres y en la universidad las miraban como a bichos raros. Las pocas que
hicieron carrera las llamaban marimacho y no se casaban porque eran diferentes.
Mi madre ha criado a siete hijos, trabajaba en el
campo y no ha tenido apoyo de su marido. Era como un objeto que pertenecía a su
dueño.
Gracias a Dios las cosas han cambiado. Todavía hay
machismo, pero las mujeres no nos callamos.
Yo estoy a favor de la igualdad, pero respetándonos
unos a otros, porque últimamente las mujeres nos hemos desmelenado y no nos
conformamos con nada.
Yo pido respeto para todos.
Vicenta
Escudero
Hoy en día son las mujeres que trabajan muchas horas
para sacar a sus hijos adelante, con la ayuda de sus maridos, pues tienen mucho
mérito.
Carmen
Corpas
Tanto el hombre como la mujer deben tener los mismos
derechos, ya que la mujer tenemos más valor por ser madre y emprendemos un
camino bastante duro.
Mi madre en tiempo de guerra tuvo que cuidar a sus
cuatro hijos, sacarnos adelante sin apoyo de nadie, ya que mi padre estaba en
la guerra. Pero esto no fue todo, también tuvo que ayudar a la abuela que se
quedó viuda con cuatro hijos.
Yo he visto sola tanto a la abuela como a mi madre,
siempre luchando por todos nosotros, sin agua y sin ropa para vestirnos. Tanto
luchar para llegar a casa sin un trozo de pan.
Mi madre iba todos los días a lavar al río, se
quitaba la comida de la boca para que nosotros pudiéramos comer. Era una mujer
muy fuerte, murió a los noventa y tres años.
Yo he sido una mujer muy dura y he tenido que
trabajar de día y noche sin darme valor.
Tengo una edad bastante adelantada y aún me valgo por
mí misma.
Que todo esto sirva para que las mujeres sepan
todo lo que valen y por eso hay que apoyar a todas las mujeres
trabajadoras.
Carmen
Rams
La mujer está mal valorada en el trabajo y muchas
veces en la sociedad, por lo que tenemos que luchar en la vida, porque si no
luchas no consigues nada.
Cuando eres joven no aprecias lo que tienes, pero
cuando te casas ya tienes otros pensamientos. Vienen los hijos y luchas para sacarlos
adelante, darles unos estudios que tú no has tenido. Luego se casan y vienen
los nietos que son una bendición y nosotras a cuidarlos para que sus padres
trabajen y cuando tenemos un rato libre nos venimos a la Escuela de Mayores y
aquí aprendemos muchas cosas que habíamos olvidado. Aquí estoy con mis
compañeras que las quiero mucho.
Isabel
Ortuño
La mujer, en los tiempos que estamos, todavía está
marginada. Tienen trabajo fuera de casa y según estadísticas todavía tienen que
trabajar ochenta días más que los hombres para ganar el mismo sueldo y hacer el
mismo trabajo.
Hasta hace poco tiempo el trabajo de la mujer
consistía en hacer de ama de casa, que no es poco, es como ganar el sueldo de
los hombres o más.
Gracias a las mujeres que años atrás lucharon por
nosotras la vida es un poco más fácil, porque su vida fue más dura y todavía
trabajaban más que nosotras y además con más problemas.
Todavía queda mucho por hacer.
Lo peor que pasa ahora son las víctimas de la
violencia y además con hijos.
¡Arriba la mujer trabajadora!
Pilar
Albadalejo
La mujer moderna es muy luchadora y valiente para
todo, para sacar a la familia adelante, trabajando en la fábrica y otros
trabajos como profesora, asistente social o médico.
Lucha para todos y contra todos.
Maruja
Zaragoza
La mujer es muy esclava de los hijos, del marido y
del trabajo de la casa. No tiene mucho tiempo para ella porque le gusta
ocuparse de los padres y abuelos. En fin, tienen mucho mérito las mujeres.
Carmen
Corpas
La mujer es la base de la vida, empezando por
nuestras abuelas, porque ellas son la cabeza de familia, tienen a los hijos y
después sufren por los nietos.
Para que los hijos trabajen ellas cargan con todas las
tareas de la casa y sufren con los nietos. Las mamás son el sostén de las
casas, para que haya paz y concordia y no falte de nada y la familia sea feliz.
Conchita
Belmonte
Me llamo Concha. Mi vida como mujer ha sido
maravillosa.
Tenía una madre muy buena y trabajadora. Tuvo cuatro
hijos que educó y quiso mucho. Al mismo tiempo trabajó en su casa y en el campo
como la mayoría de mujeres de esa época.
Yo de soltera también trabajé, más tarde me casé con
un hombre al que quiero mucho y tuvimos dos hijos que fueron y son la alegría
de nuestra casa.
Hemos trabajado para que nuestros hijos pudieran
estudiar y no les faltara de nada. Ahora
sigo trabajando cuidando a mis nietos Gloria y Javier.
Espero vivir muchos años y poder seguir ayudando a
mis hijos y nietos en todo lo que pueda.
Me siento feliz con sentirme útil.
Concha
García
Mi madre me mandaba a casa de mi abuela a quedarme a dormir con ella porque era muy
mayor y yo le ayudaba en todo lo que podía.
Mi abuela y mi
madre eran grandes mujeres y muy trabajadoras.
Adelaida
Sánchez
La mujer siempre está trabajando y además cuida de
sus hijos. Se arregla mucho para estar guapa y para ir al baile.
Carmen
Lorenzo
BUSCANDO MÁS
IGUALDAD
La vida es un laberinto
difícil de recorrer,
más si tienes la desgracia
de haber nacido mujer.
Desde el día que ella nace
no sabe lo que le espera,
pronto estará marginada
aunque por qué, no
comprenda.
De pequeña los chiquillos
si tienen gana le pegan,
como no tenga un hermano
que salga y que la defienda.
Contaban que antiguamente
La que podía estudiar,
sólo habían dos carreras
donde poderse agarrar.
O maestra o enfermera,
sin poder ni protestar,
una que no tenía dinero
la ponían a trabajar.
Muy pronto la preparaban
para llevar una casa,
esa era su obligación
y tenía que aceptarla.
Mientras tanto los hermanos
de todo aquello pasaban.
Se iban a trabajar
y con aquello bastaba.
Ella, también trabajaba
fuera
conforme pasaba el tiempo,
pero aunque hiciera lo mismo
a ella le pagaban menos.
Y así un día se tropieza
con el chico de su vida,
y le da su corazón
sin intentar ser más lista.
De fijarse si el la quiere,
sin ver si ella está feliz.
Y así llega el día de su
boda
casi empezando a vivir.
Llegan las obligaciones
y la triste realidad,
su marido se ha creído
que ella es de su propiedad.
Y como cada uno con lo suyo
puede hacer lo que se
quiera,
ya empezaron a no entenderse
a no ir las cosas derechas.
Nadie es propiedad de nadie,
lo tenemos que entender.
Ni la mujer es del hombre
ni el hombre es de la mujer.
Hay que tenerse respeto
y tratarse con cariño,
siempre los malos modales
se guardan en el bolsillo.
Hay hombres que son muy
buenos
y su mujer ni se entera,
y en cuanto que abre la boca
le arma una gran pelotera.
Por eso todos unidos
lo debemos de intentar,
para que en nuestros hogares
reine siempre la igualdad.
Para poder ser felices
y poder tener más paz,
y lo malo de la vida
juntos poderlo afrontar.
La vida es un laberinto
muy difícil de pasar.
Que cada día en el mundo
tengamos más igualdad.
Herminia Marcos Medina
¡Hasta Pronto!
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